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s imposible contabilizar los elogiosos comentarios que despierta la interpretación artística de Carlos Gardel. Creo que el más antiguo que conocemos pertenece a Enrico Caruso, cuando conoció al dúo Gardel Razzano en 1915.
Es sabido también que no pocos maestros de canto trabajan con discos, videos y fotos de Gardel para mostrar a sus alumnos las correctas maneras de vocalizar, modular e impostar la voz.
De ahí la importancia de estos trabajos bibliográficos.
* 1985 *
Las voces, Gardel y El Canto
de Edmundo Rivero
En febrero de 1985 el recordado intérprete de tangos Edmundo Rivero publicó este libro en el cual ofrece un panorama sobre las técnicas de canto utilizadas por Gardel.
Existen dos ediciones que no presentan diferencias en el contenido, sino que una es de tapas blandas ("edición rústica" o "cartoné") y la otra, tapa dura encuadernada en cuerina con sobrecubierta ("edición de lujo") con una diferencia en la tonalidad de las letras. Esta última es obsequio de Héctor Ángel Benedetti
Existen dos ediciones que no presentan diferencias en el contenido, sino que una es de tapas blandas ("edición rústica" o "cartoné") y la otra, tapa dura encuadernada en cuerina con sobrecubierta ("edición de lujo") con una diferencia en la tonalidad de las letras. Esta última es obsequio de Héctor Ángel Benedetti
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* 2007 *
Mozart y Gardel.
La Música de las Palabras
Ensayo Sobre La Relación Entre Música y Lingüística
de María José Kokubu Munzón
Es imposible definir este ensayo en tres renglones. Pocos libros referidos a Gardel han despertado en mí tanto interés y curiosidad, por el caudal de conocimientos que el autor ofrece tan generosamente. De manera amena y coloquial, Kokubu nos lleva por un recorrido histórico, geográfico, lingüístico y musical, redescubriendo la obra de Gardel, al mirarla desde los nuevos ángulos que nos ofrece este trabajo.
Se trata, por tanto, de un libro que vale la pena releer periódicamente.
El ejemplar de mi biblioteca no está autografiado, pero es obsequio de Kokubu Munzón.
Se trata, por tanto, de un libro que vale la pena releer periódicamente.
El ejemplar de mi biblioteca no está autografiado, pero es obsequio de Kokubu Munzón.
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